El guitarrista Gaspar de Holanda, onubense de adopción, rebosa flamencura en su álbum ‘Quejíos’. El Festival Guirijondo nació para artistas como él.

Solía decir el Niño Ricardo, uno de los genios de la guitarra flamenca, que sin vocación no se podía llegar a nada en la música. Él era un guitarrista vocacional, además de un ser de luz con unas cualidades innatas para la música. Gaspar de Holanda, de corte muy flamenco incluso en lo personal, estudió la guitarra clásica y la flamenca con maestros como Julián B Coco, John Fillmore y Paco Peña en el Conservatorio de Rotterdam (Holanda), para más tarde formarse con maestros como Gerardo Núñez, Tomatito, José Antonio Rodríguez y Antonio Rey, entre otros.
Se ha hecho andaluz de adopción, en concreto onubense, y es un artista totalmente feliz. Su primera obra discográfica, Quejíos, es de una sensibilidad extraordinaria, con un trabajo de composición digno de ser elogiado. No podíamos dejar pasar la oportunidad de contar con él en Guirijondo, entre otras razones porque es un festival que ha nacido para ocuparse de los artistas no españoles que aman y hacen flamenco, como en el caso de Gaspar, de una excelente calidad. Será un lujo tenerlo en los Baños Árabes.